​

​

En 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró al Covid-19 pandemia. Este estallido provocó cambios importantes en el mundo del trabajo público y privado, provocando la aparición de nuevas tendencias y la necesidad de revisar las normas y hábitos aplicados hasta el momento. Específicamente, la pandemia de Covid-19 ha remodelado el trabajo en todo el mundo, acelerando así una tendencia hacia acuerdos laborales más flexibles. Los modelos de lugar de trabajo híbridos combinan el trabajo remoto y en persona, ofreciendo a los empleados la libertad de trabajar desde cualquier lugar y al mismo tiempo disfrutar de las ventajas de un entorno de oficina.

Esta tendencia irreversible alcanzará un punto de inflexión clave en los próximos años. Se espera que el número de profesionales empleados en un modelo híbrido siga aumentando y, por primera vez, las personas que trabajan desde un único lugar serán la minoría.

​

Es evidente que se está produciendo un cambio importante en la forma en que los empleados actuales y futuros ven el mundo laboral. Cuando se trata de atraer y retener al personal de alto nivel, un pago elevado ya no es suficiente. Las prioridades han cambiado y ha surgido un deseo creciente de lograr un mayor equilibrio entre la vida laboral y personal. Sin embargo, la transición a un modelo de lugar de trabajo híbrido puede fracasar o traer consecuencias negativas si faltan herramientas tecnológicas y requisitos operativos, la ausencia de una comunicación clara y efectiva, así como una convergencia de mentalidades y objetivos entre la dirección y el personal. Por lo tanto, parece necesario que las empresas dediquen tiempo y recursos valiosos a actualizar la capacitación de los empleados y la comunicación de políticas.

​
Al mismo tiempo, las pequeñas y medianas empresas (PYME) son vitales para la economía actual porque representan una gran parte de la actividad económica en muchos países. Producen aproximadamente la mitad de la producción total mundial y emplean a dos tercios de la fuerza laboral mundial. Las pymes también son una fuente importante de innovación y espíritu empresarial, que son esenciales para el crecimiento económico. Es más probable que sean flexibles y respondan rápidamente a los mercados y las condiciones laborales cambiantes (OIT, 2019).